1/28/2010 10:31:00 p. m. SE VA LIBERANDO


Claudio Bieler metió su primer gol en Racing, tuvo participación en el segundo y se movió con astucia.






No prometo goles, vengo a sumar y a trabar con la cabeza si fuera necesario". Apenas llegado a Racing con la chapa de figura, con el cartel de goleador al que el sacó brilló en liga de Quito, Claudio Bieler intentó de todas maneras posibles bajar los decibeles de la expectativa que había provocado para no cargarse de presión. "Con hacer la mitad de lo que hice en Ecuador me conformo", había reforzado su postura. Ya con las palabras a un lado, anoche Taca empezó a cumplir y a librarse de algo de presión: convirtió su primer gol en la Academia, participó del segundo y se constituyó en la figura de la cancha. ¿Será una premonición de lo que dará en el Clausura?

Ya había mostrado movimientos buenos antes de su grito. Como pivote, se retrasaba con criterio, descargaba con claridad (a veces de primera) hacia la aparición de los volantes externos que trepaban hasta posiciones ofensivas y buscaba su lugar en el corazón del área. Fue así como a los 34 minutos del primer tiempo, tras un rebote que dio Gabbarini ante un remate de Lucero, el delantero (habilitado por Mareque) captó la pelota y con derecha la incrustó. Y a festejar: miró hacia el cielo, se besó el tatuaje del gauchito Gil que tiene en su brazo izquierdo.

Hubo más del artillero en el que Claudio Vivas tiene tantas esperanzas puestas. Sobre el final de la etapa inicial, más precisamente a los 45, realizó otro movimiento astuto. Frente a un córner desde la derecha, Bieler hizo un rodeo preparado durante la semana y lo concluyó en el segundo palo, por detrás de todos. Allí cabeceó casi desde el suelo y colocó la bocha en el área chica, donde Matías Cahais tuvo que empujarla para poner el 2-0 parcial.

Sólo dos partidos, en Salta, demoró Bieler en activar su capacidad goleadora. Ahora sus compañeros, hinchas y cuerpo técnico aguardan que esa munición también estalle en el debut del sábado, ante Central. Por lo pronto, Taca se sacó de encima la carga del primer grito en la Academia.